Uno de los tópicos más escuchados en relación con la Administración Pública es que es la empresa más grande del país y, sin duda, una excelente alternativa profesional que garantiza seguridad y estabilidad. Pero, ¿por qué resulta especialmente atractiva para las personas que ya han desarrollado una parte de su trayectoria en el ámbito privado? En este programa de Empleo Público, Rodrigo Moltó relata su experiencia individual, y cuenta por qué decidió pasar del sector privado a la Administración Pública. Actualmente forma parte de la Dirección General de Carreteras, del cuerpo de ingenieros de Caminos, Canales y Puertos del Estado, así como de la Selección Permanente de Personal.

Ante la pregunta de cómo surgió la idea de estudiar ingeniería de caminos, Moltó reconoce que, terminando Bachillerato, dudaba entre hacer comunicación audiovisual o alguna carrera más técnica. Finalmente, justo antes de la crisis de 2008, decidió decantarse por ingeniería de caminos. Posteriormente, empezó a trabajar en el sector privado, donde estuvo 10 años. «Nada más terminar la carrera empecé a opositar. Lo tenía claro. Sin embargo, llegó la crisis y decidí lanzarme al sector privado. Estuve siempre ligado a proyectos de infraestructuras en diversos ámbitos, todos muy variopintos», afirma Moltó.

«En aquel entonces, no había una gran difusión sobre la Administración como salida profesional, pero yo siempre quise opositar. Pasado un tiempo, decidí retomar la oposición, y aquí estoy. De hecho, saqué la oposición trabajando y con una niña pequeña, y es posible», anima Rodrigo Moltó. Preguntado por los cometidos de un ingeniero de caminos en la Administración, el invitado habla de que «es un trabajo íntimamente ligado a las infraestructuras de todo tipo». Hay plazas en distintos ministerios, Transporte, Medio Ambiente, Cultura, etc., y un ingeniero es «un perfil muy integral para la Administración», asegura Rodrigo.

«Hay muchos compañeros que comienzan en un cuerpo más bajo y, pasado un tiempo, van ascendiendo a cuerpos superiores», destaca Moltó. Tanto es así que, como él mismo reconoce, puedes encontrar ingenieros en cualquier cuerpo del Estado, y es una salida profesional muy segura, estable y transversal.

Del sector privado al sector público

Estar primero en el sector privado «tiene un impacto muy importante. Al no depender de un objetivo económico, trabajas en lo que quieres sin ningún tipo de presión económica. Lo importante es que la obra salga bien, y no tanto las horas facturables o el beneficio del proyecto. Esto hace que el trabajo sea mucho más satisfactorio, porque te centras solo en la propia actividad», destaca Moltó. Además, «el salario que puede ofrecer la Administración nada más acabar la carrera universitaria es muy superior al que ofrece el sector privado a un recién graduado», admite el invitado.

Con respecto a cómo se vive la realización de un proyecto desde ambas partes, rompe una lanza a favor de la Administración. «Ahora que estoy dentro del sector público, el marco legal de la contratación española es muy sólido y robusto, y garantiza el cumplimiento de unos principios que aportan seguridad jurídica tanto para nosotros como para los licitadores», revela Moltó. La parte negativa es, quizá, que esto requiere unos plazos más largos, pero, según el invitado, «se está trabajando en agilizar los plazos«.

Otra de las iniciativas con las que Moltó está muy comprometido es la captación de talento. «La labor divulgativa del empleo público como salida profesional se ha empezado a reforzar a raíz de 2019, y era algo muy necesario», destaca Rodrigo. Concretamente, él es embajador de la parte de ingeniería, gracias a lo cual asesoran a otras personas y les cuentan todo lo que ofrece la Administración a un perfil como el suyo. Finaliza animando a todas las personas que estén preparando una oposición, diciendo que «lo importante es tener el objetivo claro e ir a por ello».