Empleo Público: Cuerpo de Inspectores de Trabajo y Seguridad Social Jesús Prieto, Inspector de Trabajo y Seguridad Social
La labor de los Inspectores de Trabajo es un pilar fundamental de nuestro estado de bienestar, un servicio público esencial que vela por el cumplimiento de la normativa laboral, garantizando así los derechos de los trabajadores. En el último episodio de Empleo Público, Jesús Prieto, profesional del Cuerpo Superior de Inspectores de Trabajo y Seguridad Social, y preparador de opositores, nos adentra en la realidad de esta profesión, descubriendo tanto su rigor técnico como su profunda dimensión humana.
El despertar de una vocación por el servicio público
Para Jesús Prieto, la motivación para ingresar al mundo del empleo público surgió de una convicción personal y una observación del entorno: “Porque yo siempre he sido una persona que me esforzaba y que me gustaba estudiar”. Así descubrió una vocación específica dentro de la administración: La Inspección de Trabajo.
La labor cotidiana del inspector
La tarea diaria de un Inspector de Trabajo es multifacética y exige una combinación de conocimientos técnicos y habilidades interpersonales. Como explica Jesús Prieto, su función primordial es «garantizar el cumplimiento de la legislación laboral y de seguridad social en las empresas«. Esto se traduce en una labor de vigilancia activa: «Tenemos que estar en la calle. Tenemos que controlar y vigilar el cumplimiento de la normativa. Ese es nuestro trabajo. Esa es nuestra razón como servicio público».
Esta presencia en el terreno implica llevar a cabo inspecciones exhaustivas en diversos ámbitos, desde la correcta aplicación de los convenios colectivos y la legalidad de los contratos hasta la crucial área de la prevención de riesgos laborales. Ante cualquier incumplimiento detectado, el inspector actúa con la autoridad que le confiere la ley: «Nuestra labor primordial es levantar actas de infracción en caso de incumplimiento de la normativa y requerir a las empresas la subsanación de las irregularidades detectadas».
Un puente entre la ley y las personas
Sin embargo, la labor del inspector no se limita a la mera aplicación de la ley. Existe una vertiente humana fundamental, un contacto directo con las realidades del mundo laboral. Jesús Prieto lo describe así: «Es una suerte el poder ir a las empresas y ver la realidad del mundo laboral. Es una de las oposiciones más bonitas porque realmente ves el mundo como es a día de hoy. Y lo palpas. ¿Y dónde se palpa? Pues en un polígono». Esta cercanía permite comprender las situaciones particulares de trabajadores y empresas, facilitando también una labor de asesoramiento y concienciación: «No solo sancionamos, sino que también asesoramos a empresas y trabajadores sobre sus derechos y obligaciones, fomentando una cultura de cumplimiento normativo», explica.
El sindicato como voz de los inspectores
La defensa de los derechos laborales no es una tarea aislada. Los inspectores, a través de organizaciones sindicales como FEDECA, unen sus voces para reivindicar sus propias necesidades y para fortalecer el sistema de inspección en su conjunto.
Jesús Prieto, como parte de este colectivo, subraya: «Desde FEDECA, trabajamos para reivindicar las necesidades de los inspectores, como la mejora de los medios materiales y personales, la formación continua y el reconocimiento de la complejidad de nuestra labor».
Pasión y Compromiso: El motor de la Inspección
A pesar de los desafíos inherentes a la complejidad del mundo laboral y a las limitaciones de recursos, la labor de la Inspección de Trabajo se sustenta en la pasión y el compromiso de sus profesionales. Para Jesús Prieto, esta vocación es clara: «Se necesita pasión. Nada más». Esta dedicación es el motor que impulsa a estos servidores públicos a seguir trabajando en la primera línea de la defensa de los derechos laborales, contribuyendo a construir una sociedad más justa y equitativa.