Hay numerosos funcionarios y trabajadores del ámbito público que lo son por vocación, y siempre han tenido claro que iban a opositar. Sin embargo, hay otras muchas personas que lo descubren con el paso del tiempo. Esto fue lo que le sucedió a Nuria Benjumea, que hoy es funcionaria en el cuerpo TIC, pero que comenzó su trayectoria en el sector privado. En el programa Empleo Público, ha relatado su experiencia y ha contado por qué decidió cambiar del ámbito privado al sector público.

Nuria es ingeniera de Telecomunicaciones, aunque asegura que no era su vocación. «Yo quería ser matemática, pero me decanté por Telecomunicaciones porque me parecía que tenía más oportunidades profesionales», admite Nuria. Acabó la carrera y empezó a opositar justo después. «Mi familia es emprendedora, y sé lo difícil que era ese mundo. Decidí investigar sobre las oposiciones y me animé desde el principio. Valoro mucho la estabilidad y me parecía una oportunidad muy buena para sentir que lo que haces sirve a otras personas», explica la invitada.

No obstante, suspendió el examen la primera vez que se presentó. Fue entonces cuando comenzó a trabajar en el sector privado, porque en ese momento, no había ofertas de empleo a la vista. «Entré en consultoría porque era una buena ocasión para desarrollarme profesionalmente. Me apetecía entrar en una empresa grande, y tuve la ocasión de tener un gran aprendizaje en muy corto plazo de tiempo», relata. Así fue como Nuria trabajó un tiempo en grandes compañías como Deloitte o EY.

Razones para cambiar del sector privado al sector público

Sin embargo, «la conciliación entre la vida familiar y laboral era complicada, y tenía claro que quería retomar la función pública. Además, tenía esa espina clavada, y vi la oportunidad cuando salió la nueva oferta de empleo», explica Nuria. «Del sector público, lo que más destaco es la labor social que realizamos y la estabilidad que nos permite una buena conciliación», recalca.

Cuando decidió retomar la oposición, Nuria tuvo claro que tenía que dejar de trabajar si quería preparar la oposición adecuadamente, y así lo hizo. «Ahora, el hecho de que hay más plazas, hace que entrar en la función pública sea más accesible que hace unos años», refleja Nuria. Una vez que volvió a hacer los exámenes, Nuria aprobó las oposiciones de A1 y A2. «Aprobar la oposición me cambió la vida, porque me vi con 30 años y un trabajo fijo, estable y que me atraía», relata.

Como último consejo, Nuria Benjumea destaca que lo más importante es ir al examen pensando que vas a tener el mejor resultado. «Al que se lo esté pensando, que vaya a por ello. Ahora es un momento maravilloso para opositar», finaliza.