Empleo Público: Trabajar en el Registro de la Propiedad Almudena del Río, Registradora de la Propiedad
«La suerte favorece siempre a los mejor preparados». Este principio ha guiado a lo largo de su vida a Almudena del Río, quien nos ofrece una perspectiva única sobre su profesión al su experiencia en el último episodio de Empleo Público al trabajar en el Registro de la Propiedad.
Hija de notario, tras explorar diversas opciones durante su carrera de Derecho, incluyendo prácticas en el sector privado, Almudena se decantó finalmente por la oposición a Registradora, siendo clave en su decisión, la firmeza y preparación para poder obtener finalmente su plaza.
La seguridad jurídica y la agilidad del servicio público
Almudena del Río, como Registradora de la Propiedad, es una funcionaria pública adscrita al Ministerio de Justicia, cuya labor es crucial para la seguridad jurídica preventiva en el ámbito inmobiliario.
Esta función se traduce en la garantía de la propiedad de los ciudadanos y la claridad sobre las cargas que puedan recaer sobre los bienes inmuebles. «He contribuido, como todos los registradores, a la seguridad jurídica preventiva en el tema inmobiliario, que es una pata fundamental de nuestra economía y de las vidas de las personas, porque estás garantizándoles sus casas, donde viven, sus propiedades», afirma. Este sistema, explica, evita la necesidad de acudir a la vía judicial, agilizando procesos y proporcionando una confianza inquebrantable en el patrimonio inmobiliario.
El sistema retributivo de los registradores, aunque dependiente del Ministerio de Justicia para inspección y control, funciona con una agilidad particular. Como explica Almudena, operan de forma similar a una empresa o un profesional libre, eligiendo su local, contratando personal no funcionario y asumiendo los costes de infraestructura y mobiliario. Esta autonomía les permite una gran rapidez de respuesta ante cualquier necesidad, como la avería de un ordenador o la necesidad de contratar personal adicional, garantizando la continuidad y eficiencia del servicio público.
Adaptación digital y proyección internacional de una profesión centenaria
La profesión registral, con orígenes que se remontan a prácticas ancestrales, ha experimentado una profunda evolución tecnológica. Almudena ha sido testigo directo de esta transformación, desde los antiguos tomos de folios fijos hasta el actual registro electrónico, implementado en mayo de 2024. Este avance, aunque desafiante, ha sido natural y guiado por un colegio único que ha liderado la innovación. «Los cambios siempre asustan, pero siempre son para mejor», señala.
La eficacia del registro electrónico ha quedado demostrada en situaciones críticas, como tras fenómenos meteorológicos adversos, como la DANA o apagones, donde la digitalización ha permitido mantener la operatividad y la integridad de la institución, asegurando la continuidad de los servicios.
Además de su labor en España, Almudena ha extendido su influencia a nivel internacional, siendo directora del Colegio Internacional de Registradores durante cuatro años. Esta experiencia ha propiciado una estrecha vinculación con los registradores de Iberoamérica y Europa, participando en proyectos regulatorios y fomentando el intercambio de impresiones. Aunque existen diferencias significativas entre los sistemas registrales de cada país – algunos, como en Estados Unidos, carecen de un registro de propiedad como el español –, la colaboración internacional es enriquecedora y fundamental para el desarrollo de la profesión a nivel global.
Con 37 años de servicio público, Almudena valora su contribución a la seguridad jurídica y, sobre todo, el aprendizaje constante sobre las personas, una faceta que considera fundamental en su profesión. Su consejo para los futuros opositores es claro: prepararse intensamente, pero sin abandonar la vida personal. «No te bajes del tren de la vida», concluye, animando a mantener el equilibrio entre el estudio y las relaciones personales para un bienestar integral.