Empleo Público: Prácticas tras la oposición Javier Sáez, Cuerpo Superior TIC
Aprobar una oposición es un proceso duro, complejo y que requiere mucha constancia y sacrificio. Y, en muchas ocasiones, el proceso no termina una vez aprobado el examen, sino que hay determinados cuerpos en los que, antes de empezar a trabajar, hay que hacer prácticas. Sobre este tema ha hablado Javier Sáez, opositor en prácticas del Cuerpo Superior TIC, en el especial «Abierto por oposición» de Empleo Público, tras más de 20 años de experiencia laboral en el ámbito privado en diversos países.
La trayectoria de Javier Sáez comenzó a desarrollarse en Costa Rica, donde se graduó en una ingeniería informática. No contento con eso, decidió abrir sus miras y estudió la carrera de antropología social. «He trabajado y vivido mucho tiempo fuera de España, y el hecho de trabajar con una amplia variedad cultural, decidí optar por esta rama también», explica Javier. «Suelo definirme como un ingeniero que evolucionó a gestor de proyectos y de personas», resume Javier Sáez sobre sí mismo.
Tras un amplio período en el ámbito privado, decidió comenzar en el sector público. «Intento huir de las generalizaciones; el sector privado es muy grande y variopinto. Pero sí podemos hacer una clasificación en dos subgrupos: grandes empresas y Pymes. La gran empresa no es tan diferente con la Administración Pública. Lo que me sorprende son más las similitudes que las diferencias», expresa Sáez.
Prácticas en la oposición más allá de los 40
El hecho de empezar a opositar con más de 40 años, «tenía muchas expectativas por ver qué iba a pasar. Pero la aproximación ha sido muy positiva», destaca el invitado. «La calidad de las ofertas laborales que te llegan a partir de los 40 empieza a bajar. Además, las empresas tienen como último objetivo generar valor para sus accionistas, mientras que el sector público sí tiene un fin social«, explica Javier. Esto fue lo que le llevó a opositar y, ahora, con 50 años, empezar las prácticas tras la oposición.
«Para afrontar una oposición, lo primero que tienes que hacer es reconocer las fortalezas y debilidades. Cuando empecé a opositar en TAC, me di cuenta de que mi conocimiento en materia normativa, no era buena. Y este ejercicio hay que repetirlo cada vez que suspendes«, afirma Javier. Por otro lado, «una de las primeras cosas que debes hacer es tener claro qué estás dispuesto a sacrificar y qué no», explica.
Javier Sáez ha compaginado la preparación de dos oposiciones, TAC y TIC. «Suspendí ambas en el tercer examen. Después, fui consciente de que no podía repetirlo, miré en cuál de las dos oposiciones tenía mejores notas, y decidí escoger TIC», comenta Javier. Entonces, entró como interino en el MITMA. «Esa fue mi primera experiencia en el mundo público, y fue muy agradable. Noté cierto parecido con lo que puede ser una gran empresa, y me gustó», confirma.
Asimismo, ha estado en prácticas en la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial. Por tanto, Javier Sáez es un claro ejemplo de que opositar más allá de los 40 permite la reinvención profesional y puede ser la mejor alternativa para muchas personas que buscan mayor realización profesional.
Aprobar una oposición es un proceso duro, complejo y que requiere mucha constancia y sacrificio. Y, en muchas ocasiones, el proceso no termina una vez aprobado el examen, sino que hay determinados cuerpos en los que, antes de empezar a trabajar, hay que hacer prácticas. Sobre este tema ha hablado Javier Sáez, opositor en prácticas del Cuerpo Superior TIC, en el especial «Abierto por oposición» de Empleo Público, tras más de 20 años de experiencia laboral en el ámbito privado en diversos países.
La trayectoria de Javier Sáez comenzó a desarrollarse en Costa Rica, donde se graduó en una ingeniería informática. No contento con eso, decidió abrir sus miras y estudió la carrera de antropología social. «He trabajado y vivido mucho tiempo fuera de España, y el hecho de trabajar con una amplia variedad cultural, decidí optar por esta rama también», explica Javier. «Suelo definirme como un ingeniero que evolucionó a gestor de proyectos y de personas», resume Javier Sáez sobre sí mismo.
Tras un amplio período en el ámbito privado, decidió comenzar en el sector público. «Intento huir de las generalizaciones; el sector privado es muy grande y variopinto. Pero sí podemos hacer una clasificación en dos subgrupos: grandes empresas y Pymes. La gran empresa no es tan diferente con la Administración Pública. Lo que me sorprende son más las similitudes que las diferencias», expresa Sáez.
Prácticas en la oposición más allá de los 40
El hecho de empezar a opositar con más de 40 años, «tenía muchas expectativas por ver qué iba a pasar. Pero la aproximación ha sido muy positiva», destaca el invitado. «La calidad de las ofertas laborales que te llegan a partir de los 40 empieza a bajar. Además, las empresas tienen como último objetivo generar valor para sus accionistas, mientras que el sector público sí tiene un fin social«, explica Javier. Esto fue lo que le llevó a opositar y, ahora, con 50 años, empezar las prácticas tras la oposición.
«Para afrontar una oposición, lo primero que tienes que hacer es reconocer las fortalezas y debilidades. Cuando empecé a opositar en TAC, me di cuenta de que mi conocimiento en materia normativa, no era buena. Y este ejercicio hay que repetirlo cada vez que suspendes«, afirma Javier. Por otro lado, «una de las primeras cosas que debes hacer es tener claro qué estás dispuesto a sacrificar y qué no», explica.
Javier Sáez ha compaginado la preparación de dos oposiciones, TAC y TIC. «Suspendí ambas en el tercer examen. Después, fui consciente de que no podía repetirlo, miré en cuál de las dos oposiciones tenía mejores notas, y decidí escoger TIC», comenta Javier. Entonces, entró como interino en el MITMA. «Esa fue mi primera experiencia en el mundo público, y fue muy agradable. Noté cierto parecido con lo que puede ser una gran empresa, y me gustó», confirma.
Asimismo, ha estado en prácticas en la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial. Por tanto, Javier Sáez es un claro ejemplo de que opositar más allá de los 40 permite la reinvención profesional y puede ser la mejor alternativa para muchas personas que buscan mayor realización profesional.