Empleo Público: Desarrollando una profesión como Administrador Civil del Estado Álvaro Veloso, del cuerpo de Administradores Civiles del Estado
Esta semana hemos contado en “Empleo Público” con Álvaro Veloso, miembro del Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado. Su historia, una vez más, demuestra la versatilidad y el amplio espectro de oportunidades que ofrece la carrera dentro de la función pública.
Una trayectoria profesional sin fronteras
Su vocación inicial, de hecho, se inclinaba hacia la carrera diplomática, atraído por la idea de viajar y aprender de otras culturas. Sin embargo, una evaluación pragmática de las opciones le llevó a optar por la vía del Administrador Civil del Estado, un camino que le permitía una proyección internacional y, a la vez, garantizaba una entrada más rápida y segura en el servicio público, ya que como él mismo lo describe: «Al final, lo más importante es encontrar un camino sólido y con vocación de servicio.»
En su recorrido por ministerios como los de Justicia, Fomento y Trabajo, ha demostrado cómo un funcionario puede asumir roles muy diversos, desde la participación en la negociación de tratados internacionales, como el Convenio de Montreal para la aviación civil, hasta la gestión de proyectos de obra pública.
En cada uno de estos destinos, su labor fue fundamental para garantizar el funcionamiento de la Administración. Álvaro destaca su participación en procesos rigurosos como las mesas de contratación pública, un ámbito que, en su opinión, exige el máximo conocimiento del derecho administrativo y una total transparencia.
Su carrera no se define por un solo sector, sino por la capacidad de aplicar la gestión pública en contextos complejos y en constante cambio, contribuyendo de forma tangible a la estabilidad y el desarrollo del país. Su experiencia en el Cuerpo Superior es prueba de que el empleado público es un agente de servicio dinámico y esencial.
La fusión de mundos: público y privado
Un aspecto crucial en la trayectoria de Álvaro Veloso es su visión sobre la conexión entre el sector público y el privado. La función pública ofrece una herramienta invaluable: la posibilidad de solicitar una excedencia.
La historia de cómo, a sus 27 años, rechazó una oferta de un influyente empresario del sector petrolero se ha convertido en una lección vital para él. Este error que él mismo lamenta, le ilustró la importancia de combinar experiencias. Su padre, con su característica elegancia e ironía, le aconsejó que las oportunidades hay que aprovecharlas y que «hay que saber nadar y guardar la ropa», recordando que la excedencia permite a los funcionarios explorar el mundo empresarial para luego volver con nuevos conocimientos.
La experiencia de Álvaro en Harvard Kennedy School refuerza su creencia de que un intercambio de talentos entre ambos mundos no solo es aconsejable, sino también una necesidad para una Administración moderna y eficaz. Esta integración de perspectivas es vital para abordar retos contemporáneos como la inteligencia artificial o la protección de los neurodatos, áreas en las que Veloso trabaja actualmente desde su puesto como Consejero técnico de Relaciones Internacionales en la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD). En su rol, colabora con expertos de los 27 países de la Unión Europea para aprobar documentos por consenso, demostrando la capacidad de la Administración para actuar en la vanguardia de los desafíos globales.
Finalmente, Álvaro Veloso ofrece un mensaje claro para quienes se plantean opositar: «Hay que hacerlo, hay que intentarlo». En un contexto de convocatorias masivas, el esfuerzo por prepararse no solo se recompensa con una estabilidad laboral y amplias posibilidades de promoción, sino también con la oportunidad de construir una carrera profesional con un propósito, donde el trabajo diario tiene un impacto directo y positivo en la vida de los ciudadanos. La historia de Álvaro es un testimonio vivo de que el servicio público es una profesión con sentido, llena de desafíos y recompensas.







