El desafío de la fuga de talento en el Cuerpo de Ingenieros de Caminos Imanol García , presidente de la Asociación del Cuerpo de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos del Estado
En un nuevo encuentro del programa de Empleo Público, recibimos la visita de Imanol García Sendón, presidente de la Asociación del Cuerpo de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos del Estado. Una conversación que ha trascendido lo meramente curricular para adentrarse en la pasión por el territorio, la vocación de servicio público y los desafíos actuales que enfrenta uno de los cuerpos más antiguos y esenciales del país, con una historia que se remonta a 1799.
La trayectoria de Imanol es un reflejo de la movilidad y la adaptación que a menudo caracterizan al ingeniero moderno. Un itinerario vital, marcado por los desplazamientos familiares, que sembró en él una sensibilidad única hacia la infraestructura y el territorio.
En 2012, Imanol se incorporó a un sector de la construcción en plena crisis económica, enfrentando un mercado laboral precario. Por este motivo, con «máxima determinación«, decidió dejar su empleo y preparar la oposición, afrontando el proceso como una «carrera de fondo«, dedicándose al estudio con la misma disciplina y constancia de una jornada laboral.
De la ingeniería de campo a la gestión estratégica
Tras ingresar en la Administración General del Estado (AGE) en 2019, Immanuel tomó una decisión que marcaría el rumbo de su carrera: incorporación al Servicio de Explotación de la Confederación Hidrográfica del Tajo, alejándose, al menos temporalmente, del ámbito de las carreteras y cimentaciones.
Este primer contacto con el agua y el trabajo «sobre el terreno» fueron, en sus propias palabras, «los meses más bonitos» de su trayectoria profesional. En efecto, la dimensión del sector hídrico, su impacto transversal en todos los ámbitos de actividad y su conexión directa con el territorio, despertaron en él un «enamoramiento» que mantiene hasta hoy.
Actualmente, desde la Dirección General del Agua, Imanol centra su labor en la gestión del Dominio Público Hidráulico, coordinando áreas especialmente sensibles como el régimen sancionador, que aborda vertidos ilegales o derivaciones no autorizadas, y la transformación digital del Registro de Aguas.
Su vocación de servicio público se alimenta de la conciencia sobre lo que significa la gestión de este recurso esencial para la vida. Como él mismo reconoce, estos profesionales desempeñan un rol de «héroes» que asumen las responsabilidades más difíciles en las condiciones más complejas.
El desafío de la fuga de talento en la Administración General del Estado
Como presidente de la Asociación del Cuerpo de Ingenieros de Caminos, García Sendón aborda una realidad crítica: la fuga de talento dentro de la AGE. El cuerpo está viviendo un momento delicado debido a que sus ingenieros están siendo atraídos por otras administraciones públicas, como Comunidades Autónomas y Ayuntamientos, ya que ofrecen mejores condiciones laborales y, crucialmente, una remuneración significativamente superior.
Esta «estrategia de atracción de talento» por parte de las administraciones territoriales está dejando a la Administración General del Estado en una situación de desventaja competitiva, dificultando la retención y la incorporación de nuevos profesionales cualificados. Esta fuga no es una reivindicación corporativista, sino una preocupación por el servicio al ciudadano.
En un contexto de crisis climática, movilidad sostenible y creciente necesidad de resiliencia de infraestructuras, la degradación de las estructuras de dirección y la falta de criterio técnico a largo plazo, son riesgos que el país no se puede permitir. Por ello, desde la Asociación reclaman, urgentemente, una modernización del cuerpo y un nuevo modelo organizativo que le devuelva el protagonismo merecido en la gestión de infraestructuras de interés general.
Por su parte, Imanol aporta un consejo tan sencillo como poderoso para jóvenes ingenieros que se enfrenta al reto de la oposición: la determinación. Se trata de un proceso que define como «una carrera de fondo» que requiere constancia, pero que es, fundamentalmente, una prueba de fortaleza mental. Por su parte, a los recién ingresados, les aconseja irse a la periferia: comenzar en una demarcación de carreteras en provincia o en una Confederación Hidrográfica fuera de Madrid, ya que el hecho de «estar sobre el terreno… te da una visión muy importante de lo que luego tienes que sacar en la carrera profesional«, afirma convencido.







