Esta semana en  Empleo Público en Capital Radio, abordamos la profunda transformación digital de la Administración a través de una historia de vocación, método y reinvención profesional. Para explicar este trayecto contamos con la presencia de Laura Mora, ingeniera de Telecomunicación, perteneciente al cuerpo TIC y actualmente ejerciendo un rol clave en la Gerencia de Informática de la Seguridad Social (GISS), donde lidera el área de Productos y Servicios del Dato.

Laura es una firme defensora de la presencia femenina en las carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Lejos de la imagen de la «ratita de laboratorio», su mensaje es claro: hay sitio para todos y todas, y la clave es la adaptabilidad y la búsqueda del propio hueco.

La universidad fue, en sus propias palabras, un «gran entrenamiento», donde cada asignatura y examen superado era una inyección de autoestima que luego aplicaría, con maestría, a su periodo de opositora. Como muchos servidores públicos, representa la confluencia de una sólida preparación técnica y un deseo innegociable de estabilidad y servicio. 

Cómo le ayudó su formación en teleco durante la oposición

La oposición no es solo un proceso de memorización masiva; es una carrera de resistencia psicológica y disciplinaria. En el caso de cuerpos técnicos como el TIC, la base sólida que proporciona una formación STEM es, precisamente, el cimiento de la resistencia. 

La disciplina, la capacidad para abordar problemas complejos, y sobre todo, la mentalidad de «lo intento, no desfallezco» son las herramientas que permiten superar los temidos exámenes, incluso aquellos que, como recuerda Laura, te dejan «bloqueada» ante un enunciado de párrafo y medio. Es en ese momento, donde el opositor normal se rinde, cuando la preparación se convierte en determinación.

Laura subraya que las mujeres tienen mucho que aportar en este ámbito, demostrando que el éxito está al alcance de quien lo persigue con perseverancia y método, rompiendo con el estigma del estereotipo. La estabilidad de la plaza fija no es el final de un camino, sino el punto de partida para una vida equilibrada y con propósito.

De la consultoría a la era del dato

El tránsito de Laura desde la consultoría y el marketing a la Administración Pública ilustra una búsqueda de valor. El sector privado le enseñó el sacrificio, pero también le generó descontento por no sentirse realizada ni capaz de aportar el valor añadido que deseaba. 

El trabajo en la Administración, sin embargo, le ha ofrecido esa combinación única de flexibilidad, conciliación y la tangible vocación de servicio público —una vocación en la que el cliente es, en palabras de Laura, «el ciudadano, y además, soy autocliente«. Esta es una diferencia cultural y de propósito que marca la vida profesional.

Del «Teleco al Dato» es el resumen perfecto de esta trayectoria y de la evolución de la propia Administración. Si antes los ingenieros TIC se centraban en asegurar las telecomunicaciones y la infraestructura, hoy están en el centro de la toma de decisiones, gestionando la materia prima de la era digital: los datos. 

En la GISS, Laura y su equipo lideran más de 150 proyectos relacionados con los datos, asegurando que las entidades gestoras como el INSS puedan tomar decisiones correctas y adecuadas. Esto requiere no solo competencia técnica, sino un equilibrio fundamental entre evitar el «síndrome de Diógenes del dato» (acumular sin criterio) y asegurar la calidad del dato para un servicio eficaz a la ciudadanía.

Mejorando los servicios públicos

Los cuerpos TIC, y Laura es un ejemplo, están liderando la gestión del dato, el verdadero motor de la toma de decisiones y la mejora de los servicios públicos. 

Esta labor desmiente el mito del funcionario que «hace lo mínimo«, demostrando que los servidores públicos son profesionales proactivos, orientados al resultado y profundamente enfocados en la mejora continua, como demuestran iniciativas humanas impulsadas por Laura, como el coaching de equipos o la petición de salas de lactancia. 

El motor de esta transformación son las personas, y es su mentalidad abierta y flexible (la cual Laura desearía ver más extendida entre ciertos mandos) la que permitirá a la Administración seguir evolucionando. 

Desapegarse del resultado y enfocarse en el proceso, como máxima de vida, es la actitud que nos permite enfrentar los retos diarios con creatividad y sin frustración.