La vocación de servicio público se puede llevar a cabo desde distintos ámbitos de la administración. En este programa de Empleo Público, José Joaquín Flechoso entrevista a Juan Lobato, Portavoz del Grupo Parlamentario Socialista en la Asamblea de Madrid y secretario general del PSOE de Madrid. En él, el invitado explica cómo se pasa de ser funcionario de Hacienda a desempeñar puestos de gran responsabilidad pública, como alcalde y diputado regional. Asimismo, relata su propia experiencia como opositor y como trabajador público, y explica por qué la Administración es una gran alternativa de futuro.

Juan Lobato es licenciado en Derecho y Administración y Dirección de Empresas por la Universidad Autónoma de Madrid. «Me gustaba el Derecho, pero se me hacía pesado, y la parte de ADE me gustaba. Además, me daba la oportunidad de tener una perspectiva profesional muy amplia para distintas etapas de la vida. Al acabar la carrera, una amiga me planteó la posibilidad de preparar una oposición», relata Juan. Uno de los aspectos que más destaca Lobato de su etapa como estudiante es la planificación y la organización, afirmando que era muy metódico.

Cuando se planteó preparar la oposición, reconoce que «la oposición de Hacienda combina muy bien la memorización de temas con pruebas más resolutivas, es una oposición muy equilibrada». Consiguió una plaza en Barcelona, y define sus comienzos en la Administración como su propio Erasmus. «El primer día me lo pasé muy bien, lo disfruté mucho», explica Lobato.

En relación al espíritu de servicio público, el invitado admite que «lo he tenido desde siempre. Siempre me ha gustado organizar actividades pensando en la gente, saber cómo podíamos echar una mano para mejorar su vida».  En cuanto a las diferencias entre la vocación pública en la política y como funcionario, el invitado explica que «el concepto es parecido, con la diferencia de que un funcionario tiene un sueldo, y muchos concejales no».

De funcionario a alcalde y diputado regional

Tras haber ejercido su puesto en la administración, Juan Lobato ejerció como alcalde local y, posteriormente, como diputado regional. En palabras de Juan Lobato, «haber pasado por la función pública antes de ejercer un cargo político ayuda mucho a entender cómo funciona la Administración. Quien sabe lo que está mal y lo que funciona, tiene una capacidad mayor de hacer propuestas más solventes».

Hablando sobre el empleo público como alternativa profesional, Juan Lobato expresa que «aparte de la estabilidad laboral, la ilusión de estar aportando a la ciudadanía es una gran motivación». La implicación y la participación en distintos proyectos que revierten en la sociedad es un gran aliciente para opositar. Por otro lado, se muestra a favor de evolucionar el sistema de acceso al empleo público para dotar a la Administración de la innovación que necesita.

Resumiendo su propia experiencia, «preparar la oposición me gustó. De hecho, tras aprobar la plaza, tenía el «mono» de estudiar en la biblioteca, y eso me llevó a aprender inglés», revela Juan Lobato.